viernes, 3 de diciembre de 2010

mi ciudad

Entonces andaré por mi ciudad y entraré en el hotel
o del hotel saldré a la zona de los retretes rezumantes de orín y excremento,
o contigo estaré, amor mío, porque contigo yo he bajado alguna vez a mi ciudad
y en un tranvía espeso de ajenos pasajeros sin figura he comprendido
que la abominación se aproximaba, que iba a ocurrir el Perro, y he querido
tenerte contra mí, guardarte del espanto,
pero nos separaban tantos cuerpos, y cuando te obligaban a bajar entre un confuso movimiento
no he podido seguirte, he luchado con la goma insidiosa de solapas y caras,
con un guarda impasible y la velocidad y campanillas,
hasta arrancarme en una esquina y saltar y estar solo en una plaza del crepúsculo
y saber que gritabas y gritabas perdida en mi ciudad, tan cerca e inhallable,
para siempre perdida en mi ciudad y eso era el Perro, era la cita,
inapelablemente era la cita, separados por siempre en mi ciudad donde
no habría ni hoteles para ti ni ascensores ni duchas, un horror de estar sola mientras alguien
se acercaría sin hablar para apoyarte un dedo pálido en la boca.



 de "62/ modelo para armar",

(el vicio favorito de la casa o las putas palabras que te encuentran cuando no te acordás qué carajo estabas buscando)

miércoles, 10 de noviembre de 2010

this is cactus land

"Sólo te puedo mencionar la humedad del adentro cuando afuera llueve, las ventanas cerradas, el olor a pizarrón y tiza, el patio como un cementerio, las hormigas entrando por las grietas del cemento, el sable de San Martín, los batracios y las monedas, las escaleras que todavía bajo en sueños, la tinta en los dedos, las primeras ganas de no ser, los armarios de metal gris, la camisa fuera del pantalón, los gritos, el sudor."




(Lo que es la modernidad, un día te enamorás de cosas así y años después te estás preguntando si todavía estará esa camperita que quiere para su cumpleaños.)

lunes, 25 de octubre de 2010

No me lo pidan.

No me lo pidan.

Debemos hacer algo en esta tierra
porque en este planeta nos parieron
y hay que arreglar las cosas de los hombres
porque no somos ni pájaros ni perros.
Y bien,si cuando ataco lo que odio
o cuando canto a todos los que quiero
la poesía quiere abandonar
las esperanzas de mi manifiesto
yo sigo con las tablas de mi ley
acumulando estrellas y armamentos
y en el duro deber americano
no me importa una rosa mas o menos:
tengo un pacto de amor con la hermosura:
tengo un pacto de sangre con mi pueblo.

      Pablo Neruda
de Canción de gesta.


(A la memoria de )

miércoles, 20 de octubre de 2010

El día del Imperio *

       Entre los dos y tres años mi madre me arrastraba por las calles que yo caminaba a regañadientes y me llevaba a los cines del barrio, diciendome que ibamos a ver una película de Carlitos Chaplín.
      Yo entraba con cierto miedo a esos grandes edificios oscuros donde sujetros con uniforme nos hacían atravesar pasillos iluminándonos con una linterna y nos sentaban junto a personas de rostros dudosos y cambiantes que reían o lagrimeaban o se mordían los labios o contenían la respiración y podían llegar a ser secuestradores o monstruos desdentados o señoras peludas y malolientes; allí nos enfrentábamos con misteriosas imágenes en movimiento donde personas de distintas caras que castigaban o eran castigadas, o huían, o subían a trenes en movimiento, o se desbarrancaban por ríos torrentosos, eran siempre Carlitos Chaplín. Yo dudaba, no terminaba de entender por qué alguien tan simpático como Carlitos que casi siempre me hacía reír y sólo le pegaba a los vigilantes y regalaba flores a las muchachas y pollos y golosinas a los niños, podía ser a veces un hombre de ojeras negras y pómulos hinchados, u otras veces rubio, cejijunto y mofletudo sin provocar una sola sonrisa.


Leopoldo Torre Nilsson


*(vienen dos entregas más, porque es uno de esos novelones de los que me cuesta tanto elegir, de los que me gustaría tanto subir todo  de pé a pá, hasta que todo el mundo sepa lo mucho que me gustó, lo mucho que quiero que lo lean)

domingo, 19 de septiembre de 2010

Triángulo amoroso

A ama a B que ama a C. Como se observa a simple vista, B está embarazada. Determine el sexo de A y C y enumere todas las combinaciones posibles en cuanto a las preferencias sexuales en los vértices del triángulo ABC considerando que no hace falta amor para provocar un embarazo y que hay en el alfabeto tantas otras letras, en el universo, tantos dispares alfabetos.

de Ana María Shua en "Temporada de fantasmas", 2004

martes, 29 de junio de 2010

80

Cuando acabo de cortarme las uñas o lavarme la cabeza,o simplemente ahora que,mientras escribo,oigo un gorgoteo en mi estomago,
 me vuelve la sensación de que mi cuerpo se ha quedado atrás de mi (no reincido en dualismos pero distingo entre yo y mis uñas)
 y que el cuerpo empieza a andarnos mal, que nos falta o nos sobra (depende)
De otro modo: nos merecíamos ya una maquina mejor.El psicoanálisis muestra como la contemplación del cuerpo crea complejos tempranos. (Y Sartre, que en el hecho de que la mujer este "agujereada" ve implicaciones existenciales que comprometen toda su vida.).Duele pensar que vamos delante de este cuerpo ,pero que la delantera es ya error y rémora y probable inutilidad,porque estas uñas,este ombligo.
 quiero decir otra cosa,casi inasible:que el alma (mi yo-no-uñas) es el alma de un cuerpo que no existe.El alma empujo quizá al hombre en su evolución corporal,pero esta cansada de tironear y sigue sola adelante.Apenas da dos pasos
se rompe el alma ay porque su verdadero cuerpo no existe y la deja caer plaf
La pobre se vuelve a casa ,etc., pero esto no es lo que yo.
En fin.
Larga charla con Traveler sobre la locura.Hablando de los sueños,nos dimos cuenta casi al mismo tiempo que ciertas estructuras soñadas serian formas corrientes de locura a poco que continuaran en la vigilia.Soñando nos es dado ejercitar gratis nuestra aptitud para la locura.Sospechamos al mismo tiempo que toda locura es un sueño que se fija.
Sabiduria del pueblo: "es un pobre loco,un soñador..."

-Rayuela-

jueves, 25 de febrero de 2010

La pajarera

1

En una gran pajarera, Eliacim, en una inmensa jaula en la que los pájaros mantuviesen durante tiempo y tiempo el gozo de saberse cautivos, guardaría tu minúsculo corazón hasta que le brotasen alas del íntimo color de la flor del manzano.
Si pudiéramos conseguir, Eliacim, que los pájaros, cuando tu corazón fuera a echarse a volar como un pájaro, se nutriesen de tu propio corazón, cortándole las alas a picotazos y triturándolo como a una tierna fruta, podríamos sentirnos, hijo mío, más firmes y duraderos, más pétreos e inconmovibles en nuestras propias y débiles convicciones.
Pero los luminosos pájaros de la pajarera, Eliacim, los pájaros que cantan, desde la mañana a la noche, sin motivo (concedámosles este favor), no se nutren sino de corazones frescos, de corazones sanos, de latidores corazones disfrazados, igual que alegres máscaras, de bienaventuranza.

2

Tu corazón, hijo mío, se pintó con los colores del bronco son de la mar, Eliacim, y ya no sirve para pasto de pájaros.

3

Pero escúchame lo que te digo, hijo, tan solo para poder sentir una brizna de alegre vientecillo oreándome el alma: si nadie lo supiese, dejaría sin corazón a todos los muchachos de tu edad, Eliacim. Y sobre la montaña inmensa de corazones, Eliacim, colocaría una gran pajarera de oro llena de arañas.


de "Mrs. Cadwell habla con su hijo"

martes, 16 de febrero de 2010

Me caigo y me levanto.

Nadie puede dudar de que las cosas recaen. Un señor se enferma, y de golpe un miércoles recae. Un lápiz en la mesa recae seguido. Las mujeres, cómo recaen. Teóricamente a nada o a nadie se le ocurría recaer pero lo mismo está sujeto, sobre todo porque recae sin conciencia, recae como si nunca antes. Un jazmín, para dar un ejemplo perfumado. A esa blancura, ¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo? El mero permanecer ya es recaída: el jazmín, entonces. Y no hablamos de las palabras, esas recayentes deplorables, ni de los buñuelos fríos, que son la recaída clavada.
Contra lo que pasa se impone pacientemente la rehabilitación. En lo mas recaído hay siempre algo que pugna por rehabilitarse, en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda, en los poemas de Pérez, en Pérez. Todo recayente tiene ya en si un rehabilitante pero el problema, para nosotros los que pensamos nuestra vida, es confuso y casi infinito. Un caracol segrega y una nube aspira; seguramente recaerán, pero una compensación ajena a ellos los rehabilita, los hace treparse poco a poco a lo mejor de sí mismos antes de la recaída inevitable. Pero nosotros, tía, ¿cómo haremos, cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído si por la mañana estamos tan bien, tan café con leche, y no podemos medir hasta dónde hemos recaído en el sueño o en la ducha? Y si sospechamos lo recayente de nuestro estado, ¿cómo nos rehabilitaremos? Hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña, al terminar su obra maestra, al afeitarse sin un solo tajito; no toda recaída va de arriba a abajo, porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe dónde se está. Probablemente Ícaro creía tocar el cielo cuando se hundió en el mar epónico, y Dios te libre de una zambullida tan mal preparada. Tía, como nos rehabilitaremos?
Hay quien ha sostenido que la rehabilitación sólo es posible alterándose, pero olvidó que toda recaída es una desalteración, una vuelta al barro de la culpa. En efecto somos lo más que somos porque nos alteramos, salimos del barro en busca de la felicidad y la conciencia y los pies limpios. Un recayente es entonces un desalterante, de donde se sigue que nadie se rehabilita sin alterarse. Pretender la rehabilitación alterándose es una triste redundancia: nuestra condición es la recaída y la desalteración, y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera, que por lo demás ignoro. No solamente ignoro eso sino que jamás he sabido en qué momento mi tía o yo recaemos. ¿Cómo rehabilitarnos, entonces, si a lo mejor no hemos recaído todavía y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados? Tía, ¿no será ésa la respuesta, ahora que lo pienso? Hagamos una cosa: usted se rehabilita y yo la observo.Varios días seguidos, digamos una rehabilitación continua, usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo. O al revés, si prefiere, pero a mi me gustaría que empezara usted, porque soy modesto y buen observador. De esa manera, si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación, mientras que usted no le da tiempo a la recaída y se rehabilita como en un cine continuado, al cabo de poco nuestra diferencia será enorme, usted estará tan por encima que dará gusto. Entonces, yo sabré que el sistema ha funcionado y empezaré a rehabilitarme furiosamente, pondré el despertador a las tres de la mañana, suspenderé mi vida conyugal y las demás recaídas que conozco para que sólo queden las que no conozco, y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos, tía, y será tan hermoso decir: "Ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado, el mío todo de frutilla y el de usted con chocolate y un bizcochito"





sábado, 9 de enero de 2010

Stein y Mami, la vida breve

"Es un recuerdo, hace dos años, en Necochea. Mami se levantaba muy temprano para ir a la playa y yo me quedaba durmiendo hasta el mediodía en el hotel. Creo que madrugaba porque ya había aceptado lo gorda y lo vieja que estaba y a aquella hora encontraba poca gente en la playa. Me desperté y estuve asomado a la ventana; la descubrí abajo, moviéndose. Pero nadie puede decirte cómo se movía. Estaban unos tipos pintando las paredes del hotel y estaba el camino de arena por donde volvía la gente para almorzar. Tendrías que transformarte en animal y recordar y comprender cómo se mueve un animal hembra para atraer a un macho. Pero Mami, naturalmente, necesitaba pretextos e iba de un lado a otro, arrancaba hojas de los árboles, llamaba a un perro, sonreía a los niños, examinaba el cielo, se desperezaba, corría unos pasos y se detenía como si alguien la llamara; se agachaba para levantar del suelo cosas que no había. Todo esto entre el camino de la playa al hotel y con los albañiles en el andamio. Se me ocurrió y todavía lo sigo creyendo, que era la última tentativa, la desesperación en la caza y la pesca, salga lo que salga, siempre que salga algo. ¡Pobre Mami! Comprendí todo esto y me puse a decir pobre Mami mirándola desde la ventana del hotel. No había allá abajo nadie más que ella; ella y la posibilidad que representaban los albañiles, un empleado del hotel, alguno de los que conducían sus autos desde la playa. Aquel mediodía en Necochea me emborraché como un caballo y me obligué a hacerle el amor a la siesta hasta el agotamiento. Es imposible que nadie, nadie en el mundo pueda concebir la pureza, la humildad con que yo hubiera ofrecido no importa qué a los pintores o albañiles para que uno de ellos se acercara a Mami y la invitara con una frase sucia, brutal, como cuando uno ya no puede dominarse."


de La Vida Breve, Juan Carlos Onetti

martes, 5 de enero de 2010

El Sabio

El gato está comiendo las rosas;
es así como es.
No lo detengas, no detengas
el mundo que da vueltas,
es así como son las cosas.
El tres de mayo
hubo niebla; el cuatro de mayo
quien sabe. Barre
la porción de rosas, arroja los restos
en medio de la lluvia.
Él no come jamás
todas las partes, dice
que los corazones son amargos.
Él es así, conoce
el mundo y el estado del tiempo.


Denise Levertov