Los dos hilos de luz en ángulo recto que limitaban todavía la puerta se apagaron.
Su fuerza, hecha parásito, lo corroía obstinadamente. Era un animal de acción, y las tinieblas lo desintoxicaban de voluntad.
Había que esperar; eso era todo. Durar. Vivir como una lamparilla de noche, como los paralíticos, como los agonizantes, con esa voluntad terca y oculta, como un rostro en el fondo de las tinieblas.
Y si no, la locura."
de "El tiempo del desprecio", capítulo 1
André Malraux
André Malraux
3 comentarios:
Ya lo lei tantas veces que me lo se de memoria jaja,me voy a tener que comprar el libro !
Flashero, interesante. Tan bueno está ese libro como para que te lo sepas de memoria?
Besotes.
Uh, el tiempo del desprecio, novelita corta, se lee en 45 minutos maravillosos. lean, gentes, lean.
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