miércoles, 28 de octubre de 2009

Rayuela

67

Me estoy atando los zapatos,contento,silbando,y de pronto la infelicidad.Pero esta vez te pesque,angustia,te sentí previa a cualquier organización mental,al primer juicio de negación. Como un color gris que fuera un dolor y fuera el estomago. Y casi a la par (pero después, esta vez no me engañás) se abrió paso el repertorio inteligible, con una primera idea explicatoria: "Y ahora vivir otro día, etc." De donde se sigue: "Estoy angustiado porque ...etc."
La idea a vela, impulsadas por el viento primordial que sopla desde abajo (pero abajo es solo una localización física). Basta un cambio de brisa (pero qué es lo que cambia de cuadrante?) y al segundo están aquí las barquitas felices,con sus velas de colores. "Después de todo no hay razón para quejarse, che", ese estilo.

Me desperté y vi la luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía tan de adentro de la noche que tuve como un vómito de mí mismo, el espanto de asomar a un nuevo día con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba.
En ese segundo, con la omnisciencia del semisueño, medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones: la perfección eterna del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje. Náusea, sensación insoportable de coacción. Estoy obligado a tolerar que el sol salga todos los días. Es monstruoso. Es inhumano.
Antes de volver a dormirme imaginé (vi) un universo plástico, cambiante, lleno de maravilloso azar, un cielo elástico, un sol que de pronto falta o se queda fijo o cambia de forma.
Ansié la dispersión de las duras constelaciones, esa sucia propaganda luminosa del Trust Divino Relojero.

-



viernes, 23 de octubre de 2009

Construcción

Amó aquella vez como si fuese última

Besó a su mujer como si fuese última

Y a cada hijo suyo cual si fuese el único

Y atravesó la calle con su paso tímido

Subió a la construcción como si fuese máquina

Alzó en el balcón cuatro paredes sólidas

Ladrillo con ladrillo en un diseño mágico

Sus ojos embotados de cemento y lágrimas



Sentóse a descansar como si fuese sábado

Comió su pan con queso cual si fuese un príncipe

Bebió y sollozó como si fuese un náufrago

Danzó y se rió como si oyese música

Y tropezó en el cielo con su paso alcohólico

Y flotó por el aire cual si fuese un pájaro

Y terminó en el suelo como un bulto fláccido

Y agonizó en el medio del paseo público

Murió a contramano entorpeciendo el tránsito



Amó aquella vez como si fuese el último

Besó a su mujer como si fuese única

Y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo

Y atravesó la calle con su paso alcohólico

Subió a la construcción como si fuese sólida

Alzó en el balcón cuatro paredes mágicas

Ladrillo con ladrillo en un diseño lógico

Sus ojos embotados de cemento y tránsito



Sentose a descansar como si fuese un príncipe

Comió su pan con queso cual si fuese el máximo

Bebió y sollozó como si fuese máquina

Danzó y se rió como si fuese el próximo

Y tropezó en el cielo cual si oyese música

Y flotó por el aire cual si fuese sábado

Y terminó en el suelo como un bulto tímido

Agonizó en el medio del paseo náufrago



Murió a contramano entorpeciendo el público



Amó aquella vez como si fuese máquina

Besó a su mujer como si fuese lógico

Alzó en el balcón cuatro paredes flácidas

Sentose a descansar como si fuese un pájaro

Y flotó en el aire cual si fuese un príncipe

Y terminó en el suelo como un bulto alcohólico

Murió a contramano entorpeciendo el sábado



Por ese pan de comer y el suelo para dormir

Registro para nacer, permiso para reir

Por dejarme respirar y por dejarme existir

Dios le pague



Por esa capa de grasa que tenemos que beber

Por ese humo desgracia que tenemos que toser

Por los andamios de gente para subir y caer

Dios le pague



Por esas vidas que un día nos van a escupir

y por las moscas y besos que nos vendran a cubrir

y por la calma postrera que al fin nos va a redimir

Dios le pague

 
 
Chico Buarque