sábado, 9 de enero de 2010

Stein y Mami, la vida breve

"Es un recuerdo, hace dos años, en Necochea. Mami se levantaba muy temprano para ir a la playa y yo me quedaba durmiendo hasta el mediodía en el hotel. Creo que madrugaba porque ya había aceptado lo gorda y lo vieja que estaba y a aquella hora encontraba poca gente en la playa. Me desperté y estuve asomado a la ventana; la descubrí abajo, moviéndose. Pero nadie puede decirte cómo se movía. Estaban unos tipos pintando las paredes del hotel y estaba el camino de arena por donde volvía la gente para almorzar. Tendrías que transformarte en animal y recordar y comprender cómo se mueve un animal hembra para atraer a un macho. Pero Mami, naturalmente, necesitaba pretextos e iba de un lado a otro, arrancaba hojas de los árboles, llamaba a un perro, sonreía a los niños, examinaba el cielo, se desperezaba, corría unos pasos y se detenía como si alguien la llamara; se agachaba para levantar del suelo cosas que no había. Todo esto entre el camino de la playa al hotel y con los albañiles en el andamio. Se me ocurrió y todavía lo sigo creyendo, que era la última tentativa, la desesperación en la caza y la pesca, salga lo que salga, siempre que salga algo. ¡Pobre Mami! Comprendí todo esto y me puse a decir pobre Mami mirándola desde la ventana del hotel. No había allá abajo nadie más que ella; ella y la posibilidad que representaban los albañiles, un empleado del hotel, alguno de los que conducían sus autos desde la playa. Aquel mediodía en Necochea me emborraché como un caballo y me obligué a hacerle el amor a la siesta hasta el agotamiento. Es imposible que nadie, nadie en el mundo pueda concebir la pureza, la humildad con que yo hubiera ofrecido no importa qué a los pintores o albañiles para que uno de ellos se acercara a Mami y la invitara con una frase sucia, brutal, como cuando uno ya no puede dominarse."


de La Vida Breve, Juan Carlos Onetti

2 comentarios:

Pable dijo...

Srta Eme y Srta Gretel: Este lugar me gusta mucho. Así que les agradezco a las dos y cada una por el mismo.

Un beso para cada una. (En lugares diferentes, claro)

Pable

Agustín Gribodo dijo...

Compartimos el gusto por Onetti y su despiadada pureza. Felicitaciones por este buen blog, que he linkeado desde mi página en el lugar de Gente de Letras.
Un abrazo.